Atención todo el mundo porque hoy vamos a desvelar uno de los mayores secretos del marketing mundial: el sexo vende. Sí, amigos, tal y como descubrieron la industria del cine y E. L. James (la de las sombras, ya sabéis) hace algún tiempo, el sexo puede ser una herramienta extremadamente útil para llenarse los bolsillos de billetes. Todo legal y sin negocios turbios, quede claro.

Resulta evidente que en muchas ocasiones (y cuando decimos muchas queremos decir en casi todas), el empleo del sexo como recurso de venta no está, ni por asomo, justificado. Lo verdaderamente curioso de este Viernes Bizarro es que los creativos publicitarios de los anuncios que hoy os traemos sí tenían motivos reales para echar mano de este recurso en sus mensajes. Y con todo, aquí estamos, poniéndolos a parir. Creednos entonces cuando os decimos que, sin duda, algo habrán hecho (mal).

Vamos a verlo.

«Mamá, te prometo que me dijeron que era para un anuncio de tiritas»

[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1415891728556″]Realmente grande[/blockquote]

En primer lugar nos encontramos a Durex XXL, con una propuesta en la que las dimensiones de incorrección son únicamente equiparables al tamaño del producto comercializado. ¿Cómo catalogar este anuncio sin soltar barbaridades y exabruptos? Se nos hace difícil, la verdad. Lo solventaremos diciendo que la muchacha en cuestión no se ha reventado las comisuras comiendo sandía.

Preferimos no saber en qué momento le surgió a este creativo su brillante idea, aunque tenemos algunas teorías al respecto. En cualquier caso, desde Oh My Word! queremos agradecerle a Durex que, puestos a seguir con este concepto, hayan optado por esta imagen y no por la de una episiotomía (que viene siendo una incisión, pero en otra parte de la fisiología femenina). Lo que sí no le perdonamos es que, después de ver este anuncio, no podamos volver a mirar al Joker con los mismos ojos.

«¿En serio la ropa y el maquillaje no os habían hecho sospechar?»

«Cariño, lo del Kamasutra se nos ha ido de las manos»

[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1415899332680″]Súper fino. Súper conexión[/blockquote]

En segundo lugar tenemos el caso de los profilácticos con nombre de margarina (sospechamos que es porque para llegar a esa postura, hay que lubricar bastante). Desde luego no nos extraña que los chicos de este anuncio griten tanto, eso tiene que doler.

A los de los preservativos Tulipán hay que reconocerles que no ofenden a nadie con su anuncio. Quitando, tal vez, a nuestras retinas. En cualquier caso, es de ley señalar que estos creativos tienen su mérito; contar con dos modelos de buen ver desnudos y acabar creando una imagen así de grotesca no es una hazaña al alcance de cualquiera. Y aun así, desde aquí queremos romper una lanza a favor del diseñador que haya dado con esta idea, que no todo van a ser risas. Estamos seguras de que los griegos a los que se les ocurrió lo del centauro, el minotauro y el grifo tuvieron que aguantar el choteo de toda la oficina. Y ahí están…

Volviendo a lo nuestro, no sabemos si a los de Tulipán este anuncio les habrá servido para vender más preservativos, pero nosotras creemos que esta imagen tiene más vida útil de la que probablemente se le esté dando. Nuestra primera idea es ofrecerles esta creatividad a todos esos padres preocupados por el despertar sexual de sus hijos. Explicándoles a los pequeños que eso es el sexo, la garantía de traumatizarlos de por vida es plena. De nada.

Ya conocéis a los contrincantes. Ahora, que empiece la batalla. ¡A votar!