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Viernes Bizarro… Niños icónicos

13 de Nov de 2015 | Viernes Bizarro | 0 comentarios

Pongamos que estás buscando un buen prescriptor para tu producto. La primera idea que se te viene a la mente es contratar a David Beckham, que te vende igual de bien unos calzoncillos que unas patatas fritas. Pero claro, te falta presupuesto. Porque David Beckham, nos guste más o menos, es ya un icono de nuestro tiempo y los iconos tienen la mala costumbre de cobrar bastante por todo lo que hacen. ¡Pero espera! El presupuesto no te da para contratar a una figura icónica, pero puedes contratar a alguien y caracterizarlo…. ¡Qué idea tan brillante! Pero todavía la puedes mejorar. ¿Y si caracterizas a un niño? Los niños son muy monos. A todo el mundo le gustan los niños de anuncio. ¡Eres un genio! Un niño caracterizado como una figura icónica, la idea del millón de dólares. Con eso puedes vender arena en el desierto. ¿Verdad? ¿Qué puede fallar en una concepción tan extraordinaria como esta?

Bienvenidos a Viernes Bizarro.

Bebé Marilyn Monroe

Con pañales y a lo loco

 

[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1445600257178″]Un mito ha nacido de nuevo[/blockquote]

Mmmm. ¿Cómo decirlo? Obviemos la peluca, las cejas, la máscara de pestañas y, en general, todo el cuadro que es esta imagen y centrémonos en lo verdaderamente importante. Regla número 1 a la hora de convertir a un niño en icono: no escojas al mayor símbolo sexual de todos los tiempos.

Y es que no. Ya sabemos que la caracterización de Marilyn Monroe es fácil. Que todo el mundo la pilla a la primera. Pero no. Porque asociar a un bebé con una mujer que era el summum de la sensualidad, es un negocio pelín arriesgado. Por eso de los límites legales. Y el sentido común. Y demás…

Niño Pensador

¿Cuándo será el mejor momento para colonizar el váter de los adultos?

[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1445601042547″]Nutrientes para el cerebro[/blockquote]

¡Ah, El Pensador de Rodin! Una de las esculturas más conocidas del mundo. Vas por el buen camino. Estás tratando a tus clientes como gente culta y versada. Sabes que se sentirán halagados por el simple hecho de que des por supuesto que identificarán tu imagen sin  necesidad de decirles nada más. Los tienes en el bolsillo. Entonces, ¿por qué? ¿POR QUÉ pones a ese niño en la bacinilla? ¿No te valía sentarlo en una banquetita? ¿Encima de una pelota? ¿En un bordillo? Hasta el canto de la bañera nos hubiese valido… ¿O es que acaso nos quieres dar a entender que El Pensador hacía de vientre mientras reflexionaba? Decimos más. ¿O es que acaso nos quieres dar a entender que existen hombres multitarea?

Las chicas de Oh My Word! estamos tan decepcionadas con los creativos de hoy que no queremos añadir nada más. Os pasamos el testigo a vosotros.