Blog

Viernes Bizarro… Pechito con pechito

4 de Sep de 2015 | Viernes Bizarro | 2 comentarios

Algo tienen los pechos femeninos que ejerce mayor fuerza de atracción que la mismísima gravedad. Ya sean grandes o pequeños, naturales u operados, en forma de pera o de manzana, los pechos tienen un quéseyo capaz de levantar a un muerto.

Una herramienta tan poderosa como los pechos no podía dejar de ser utilizada por los creativos publicitarios. Pero como cualquier otra arma, los pechos deben emplearse con tiento y, sobre todo, con cabeza. De no ser así, surgen creatividades tan cuestionables como las de nuestro Viernes Bizarro de hoy.

Dales el pecho

Biberones de silicona

 

Pongamos que eres una mujer que acaba de parir. Decimos más. Pongamos que eres una mujer normal que acaba de parir. Como es lógico, vives agotada por las escasas horas de sueño, los lloros, las cacas, el bajón anímico y, además, tu cuerpo presenta las marcas propias de tu estado en forma de fofez, estrías y, probablemente, alguna que otra cicatriz con la que tendrás que convivir el resto de tu vida.

Tú eres esa mujer normal y, de pronto, ves este anuncio. Un anuncio dirigido a ti, pero protagonizado por mujeres con abdominales de hierro, pechos a la altura de la barbilla y un aspecto fresco y descansado (bien fruto del bótox, bien fruto de que no han visto un pañal en su vida), que vienen a aleccionarte acerca de cómo debes criar a tu hijo. ¿Sentís arder ya la indignación en vuestro interior? En Oh My Word! carecemos de instinto maternal y, aun así, este anuncio consigue que se nos revolucione el voltímetro.

Podría pensarse que una reflexión tan básica como «lo último que quiere ver una recién parida es a una cachonda turgente», es la que cualquier persona con dos dedos de frente haría antes de alzarse como adalid de la lactancia. Por desgracia, en la agencia encargada de este anuncio, no había nadie con dos dedos de frente. Cada vez es más difícil encontrar personal cualificado…

Pecho con corcho

Si bebes no conduzcas. O algo

Y si la lactancia demencial número 1 tenía delito, la número 2 no le va a la zaga. La única excusa que tiene la creatividad de Château de Rémico es que, con bastante probabilidad, el creativo que la parió presentaba altos índices de alcohol en sangre. Solo así nos explicamos en Oh My Word! que alguien haya optado por utilizar un pecho con pezón de corcho para promocionar una cata de vinos. Si aun fuese una cata de leche… El concepto sería igual de bizarro, pero al menos podríamos establecer una relación lógica.

Pues eso, que hacemos una cata de vinos y tú, embarazada, no estás invitada porque, como ya sabrás, en tu estado el alcohol está prohibido. Eso sí, para que no te sientas marginada y puedas participar igualmente de este proyecto, vamos a fotografiarte un pecho, ¿te parece?

La curda en esta agencia creativa tuvo que ser de órdago.

La jugada está en vuestra mano. Escoged bien vuestras cartas porque solo puede ganar uno; ¿será oda a la lactancia o cata de pechos?