Las chicas de Oh My Word! tenemos una confesión que hacer: no podemos con los anuncios que humanizan a los animales. No nos entendáis mal. Los animales nos encantan. Los animales en los anuncios, también (al perro de Scottex nos remitimos. O al simpático Pancho de la Lotería). Pero no comprendemos en absoluto la tendencia de presentar a animales con aspecto de personas para comercializar seguros, por ejemplo. Es decir, ¿qué necesidad hay de poner a un señor con cara de ardilla -literal- para vender los beneficios de tu producto?
Como los habituales de Viernes Bizarro ya sabéis, son muchas las animaladas que las chicas de Oh My Word! hemos publicado en este blog desde que iniciamos esta sección. Habitualmente entendemos por animalada los frutos de la mente de creativos y agencias que, animalitos, muestran un criterio más que dudoso a la hora de lanzar sus campañas. Hoy, sin embargo, hemos decidido ponernos literales para publicar un tipo distinto de animaladas. Anuncios en los que bicherío de diferente índole se convierte en protagonista.
Un elefante nunca olvida cómo hacer la Maniobra Heimlich
Los cacahuetes jumbo de Kaya King tienen el dudoso honor de ocupar el primer caso de hoy. Resta decir que los cacahuetes jumbo son cacahuetes extragrandes. Son tan grandes que consiguen ahogar a un Dumbito (esto es, una cría de elefante), obligando a su madre a practicarle la Maniobra Heimlich.
La idea es bastante grande, más o menos como los cacahuetes Kaya King, pero el resultado es el cuadro de los horrores. No lo decimos únicamente por la angustia que nos entra al ver a una cría de elefante al borde de la asfixia, sino también por lo terrible de contemplar a estos bichos a dos patas, abrazados y con ojillos de miedo. Agradecemos, no obstante, que los creativos no hayan decidido ponerles pantalones y camisa.
¡Camarero. Hay un señor en mi sopa!
[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1425924189169″]Barra inversa de Cadbury . Barquillo fuera , chocolate dentro
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En el caso de las barritas Cadbury, la idea también es brillante. Al igual que en el producto anunciado, en la creatividad se da la vuelta a la convención para presentar un tópico cotidiano al revés. Con todo, las chicas de Oh My Word! no podemos dejar de cuestionarnos si emplear insectos para comercializar un producto de alimentación es una idea tan brillante. Porque volvemos a una de nuestras reflexiones más habituales en Viernes Bizarro: será que no hay lugares comunes en nuestro día a día para utilizar sin necesidad de poner a un muchacho luchando por salir del plato de sopa de una mosca. Y en estas reflexiones andábamos cuando encontramos el resto de anuncios de la campaña.
Como podéis observar, quitando el ejemplo del monstruo, que nos parece soberbio (más allá del plagio más que evidente a James P. «Sulley» Sullivan de «Monstruos S.A.»), los demás son a nuestro parecer duros competidores para obtener el puesto de anuncio más bizarro de la campaña.
¿Qué opináis vosotros? ¿Os quedáis con los cacahuetes jumbo o con las barras invertidas? ¿Preferís al leñador seccionado o a las moscas protestonas?
