A nadie se le escapará que, tan importante como hacer un buen anuncio, que capte la atención y transmita de forma convincente el mensaje de la marca, es el lugar que se escoja para ubicarlo. De nada servirá que contratemos a Cristiano Ronaldo para anunciar nuestros balones de fútbol si después ponemos dicho anuncio dentro del Cahiers du Cinéma.
A los protagonistas de nuestro Viernes Bizarro de hoy el emplazamiento de sus anuncios les jugó una mala pasada. Y eso que no trataban de venderles balones a un puñado de culturetas.
Y así se gestó la generación Mujeres y Hombres y Viceversa
[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1421752869911″]Toma medidas
Toma el control
Deja el colegio
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He aquí un claro ejemplo de cómo una ubicación desafortunada puede cargarse por completo tu mensaje publicitario. Porque pongamos que haces una gran campaña anti tabaco. Una campaña con la que pretendes concienciar a los ciudadanos de lo importantísimo que sería para su salud y su futuro que dejasen un hábito tan dañino como es fumar. Y pongamos que quieres que llegue a tanta gente que decides situarla en la parte trasera de un autobús, con lo que te garantizas un anuncio itinerante que alcanzará a un elevadísimo número de personas. Hasta aquí, todo correcto. Tus intenciones son nobles y tu plan, medido. ¿Qué puede salir mal entonces? Pues que no te percates de que estás colocando tu anuncio en un autobús escolar que lleva incorporada su propia cartelería. Y que esa cartelería tiene la capacidad de transformar tu mensaje de paz y amor salud en una invitación a colgar los estudios y convertirte en un machacas descerebrado.
Sin duda, un ejemplo sublime de que en esta vida, si algo puede salir mal, saldrá.
Pues va a ser que no
[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1421749905912″]Acércate un poco más[/blockquote]
Nos encantaría poder decir que el segundo ejemplo de hoy es un caso estricto de mala ubicación. Por desgracia, no somos tan buenas personas como para pensar algo así. Y es que teniendo en cuenta que este cartel anuncia servicios funerarios, tal vez la idea de que nos inviten a saltar a las vías del metro (con las consecuencias habituales que esto suele tener) no sea fruto de la casualidad.
En Oh My Word! podemos entender que a alguien en su momento, en medio de una reunión de creativos, le pudiese resultar graciosa la idea de invitar a la gente al suicidio para publicitar servicios funerarios. Lo que ya se nos escapa un poco más es que una segunda persona aprobase la idea, unas terceras imprimiesen el anuncio y unas cuartas lo pegasen, sin que nadie a lo largo de ese proceso decidiese comentar en voz alta que tal vez el asunto no era tan gracioso como parecía en un comienzo. En cualquier caso, desde Oh My Word! agradecemos el mutismo de esa larga cadena humana, que nos ha dado la oportunidad de reírnos de esta grotesca iniciativa publicitaria.
Después de ver estos dos anuncios tan fuera de lugar, llega el momento de colocar vuestros comentarios justo aquí debajo. Os garantizamos que quedarán muy bonitos y su contenido no se verá adulterado.
