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Viernes Bizarro… La moda pierde la cabeza

13 de Mar de 2015 | Viernes Bizarro | 3 comentarios

Sin haber destacado nunca por ser un sector particularmente cuerdo, el mundo de la moda viene dando muestras desde hace algún tiempo de haber perdido totalmente la cabeza. Entre las filas de esta industria uno puede encontrar desde diseñadores que la pifian con comentarios antisemitas fruto de una curda (hablamos de John Galliano), hasta diseñadoras que la pifian cambiándose la cara (hablamos de Donatella Versace), pasando por diseñadores que la pifian encapuchando a sus modelos y atándoles sogas alrededor del cuello (hablamos de David Delfín). Claro que ahí no se queda la cosa. Al mundo de la moda le van las rarezas y la única garantía de conseguir un pase directo a las pasarelas a día de hoy es padecer vitíligo, ser albino, hermafrodita o tener tres años y la habilidad de contonearse en tacones.

Puesto que si hay algo que importa en la industria de la moda son las tendencias, el estado de demencia general que impera en el sector parece haber contagiado a la publicidad. Esta es la única explicación plausible para que, tras gloriosos ejemplos como el anuncio de Sisley que ya os mostramos, sigamos encontrando publicidad de moda con la que nutrir a nuestro Viernes Bizarro.

Modelo meando

No es lo que parece…

Memorias de un bidet

Memorias de un bidet

 

 

En primer lugar tenemos los anuncios de Luxury Model, que hasta donde sabemos, es una suerte de agencia de modelos italiana. Decimos hasta donde sabemos porque sospechamos que una búsqueda en Google empleando la combinación de palabras «modelo», «perro», «baño» y «pis» nos llevaría a los suburbios de Internet, lugares que en Oh My Word! no acostumbramos a frecuentar. En cualquier caso, poco importa que las imágenes se correspondan con anuncios de una agencia de modelos, de joyas, abrigos de piel, ropa interior o de Roca. La estampa tiene para todos los ejemplos el mismo sentido; esto es, ninguno.

Porque tú pones a tu modelo en ese escenario de baño acolchado en plan celda de manicomio y la cosa podría lucir estupendamente. Pero después vas y le añades a esa muchacha meando en cuclillas como si estuviese en el baño de un pub a las cuatro de la mañana y claro, pues distrae.

Y decimos que la señorita distrae porque para las chicas de Oh My Word! cualquier anuncio en el que aparezca un perro ataviado con pieles y perlas y/o haciendo uso de un bidet, este será siempre el protagonista. En consecuencia, y a menos que los de Luxury Model sean una agencia de modelos canina (que no es el caso), podemos afirmar con poco margen de error que la han pifiado bastante con su anuncio (siguiendo, eso sí, la línea marcada por los grandes del sector).

Ensartada en un valla

No te pierdas nuestra fiesta, habrá pinchos morunos

Accidente en patines por las escaleras

Se ha matado Paco

Muerte en el ascensor

Es de ser inútiles


Los creativos responsables de esta campaña de los grandes almacenes neozelandeses Superette llevaban grabada a fuego la recomendación de sus abuelas de usar siempre ropa interior nueva y limpia por si en un momento dado había que hacer una visita al hospital (como pacientes, se entiende, que no es que en la puerta del hospital te revisen las bragas por sistema).

Conscientes de la sabiduría que destila cualquier consejo de abuela, en Superette tomaron esta idea y la llevaron un paso más allá. Es decir, cambiaron la ropa interior por el outfit completo y la visita al hospital, por la muerte. ¿Buena idea? Mmm. Analicémoslo.

El consejo de abuela de la ropa interior lleva implícito el factor de la vergüenza torera que te daría a ti (y a ellas mismas) que el personal del hospital te encontrase un pastel en las entretelas. Pero claro, ya una vez muerto, pues la vergüenza que puedes pasar en referencia a lo que llevas puesto, pues es relativa. Y si a esto le sumamos la duda más que razonable de que alguien vaya a fijarse en tu modelito después de ser víctima de una muerte tan absurda como es partirse la crisma por intentar bajar una escalera de caracol en patines o coger el ascensor de cabeza (algo que es en sí mismo merecedor de un Premio Darwin), hace que la idea cojee bastante.

A mayores es necesario señalar el estrés que le puede llegar a generar al consumidor tener que pasar el resto de los días de su vida vestido de domingo por si le sobreviene la muerte. Que teniendo en cuenta lo puñetero de Murphy, seguro que llega ese día en que no te ha apetecido quitarte el chándal viejo.

Expuestos todos nuestros argumentos, solo nos queda consultar vuestra opinión. ¿Cuál creéis que es la mejor pifia bizarra de esta semana?