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Viernes Bizarro… ¡Pecadores, arrepentíos!

5 de Jun de 2015 | Viernes Bizarro | 5 comentarios

Política y religión. Dos temas de alto voltaje que, de no manejarse con cuidado, tienen más peligro que el fuego valyrio. La conversación más inocente en torno a estas cuestiones puede derivar en el mismísimo apocalipsis. Romper familias, provocar brotes violentos, gritos, espasmos, fuegos de artificio.

Conocido el poder de crispación que política y religión tienen entre el personal, la opción lógica sería huir de estas temáticas en cualquier conversación cotidiana y, muy especialmente, en todo tipo de acción con fines mercantiles. Pero a los seres humanos nos va la marcha y si tú eres incapaz de dejar de buscarle las cosquillas a tu tío Faustino señalando todo lo que hace mal su partido político o parroquia, no pocos creativos publicitarios acusan el mismo vicio. Con la diferencia de que ellos cabrean a hordas de Faustinos.

El Viernes Bizarro de hoy es casi una experiencia religiosa sentir que resucito si me tocas, en la que a varios creativos temerarios se les dio por ponerse sacrílegos. Señor, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

Helado sacrilego

«Jordan querido, celebremos que por fin hemos encontrado un vientre de alquiler»

[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1433153459344″]En la salivación creemos

Concebido inmaculadamente

Antonio Federici. Helado italiano. El helado es nuestra religión. [/blockquote]

Antonio Federici es un italiano al que, con un poco de suerte, sus helados mantendrán fresquito el día que le toque arder en el infierno. Porque en Oh My Word! reconocemos no saber mucho de la materia, pero suponemos que dar luz verde a una idea de este tipo será pecado mortal.

Imaginamos a esos creativos evocando al tío Faustino y lo divertido que es cabrearlo. Imaginamos un jiji, un jaja y la cosa que se te va de las manos. Con la mala suerte de que Antonio Federici también tiene un tío Faustino que prende más rápido que la mecha de una estufa a parafina, así que la idea le hace muchísima gracia. Un cúmulo de jijis jajas y el follón está montado. Porque Antonio Federici se gastó los cuartos en unos anuncios que terminaron censurados (con la Iglesia hemos topado). Eso sí, ¿y las risas?

Harley es nuestra religion

Shaima y su prima Lucy

[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1433155218225″]A cada una su religión[/blockquote]

Y si los católicos no se toman nada bien el choteo religioso, tampoco se puede decir que los musulmanes sean el paradigma de la comprensión con el uso gratuito de su culto. Sin embargo, en Harley-Davidson Quebec decidieron pasarse esta información por el forro del casco y seguir adelante con una idea omnipotente.

Omnipotente porque con ese concepto de comparar a Harley-Davidson con una religión (cosa que recordemos también hacía el bueno de Antonio con sus helados), estos creativos se aseguraron la ira no solo de los musulmanes, sino de cualquiera que profese una religión «oficial». Que ya se sabe que a los creyentes les gusta llamar a cada cosa por su nombre y lo de compartir léxico no les convence demasiado.

Eso sí, en contra de lo acaecido con los heladeros, en Harley-Davidson pueden presumir de que a ellos nadie les ha baneado el anuncio. Que no se diga que el gremio de los moteros no impone.

Presentados los anuncios, llega el momento de elegir. Con el poder que Oh My Word! nos otorga, nosotras os declaramos jueces de esta contienda. Podéis besar a vuestros creativos favoritos.