Os hemos adelantado más de una vez que en Oh My Word! guardamos un archivo bizarro con lo más granado de la publicidad mundial. Al igual que el moho, nuestro archivo bizarro es algo vivo. Con cierta periodicidad lo nutrimos con material nuevo que lo completa y lo mantiene en forma.
Como mujeres valientes que somos, todas las semanas nos sumergimos a pelo en nuestro moho publicitario para seleccionar dos anuncios que podamos vincular entre sí y os los ofrecemos como tributo. De nada.
Esta semana, sin embargo, hemos pasado más tiempo del habitual dentro de la carpeta bizarra. Analizando. Reflexionando. Decidiendo si deberíamos publicar esta entrada o no.
No es que el Viernes Bizarro de hoy tenga nada de particular (no estamos ante material especialmente sensible), pero ese es precisamente el problema. Visto en retrospectiva, comienza a parecer que en Oh My Word! tenemos una querencia especial por lo sanguinario: descuartizamientos, asesinatos, escenas violentas… ¿Acaso nos estamos encasillando? ¿Son estos los primeros avisos de algún tipo de patología? ¿Nos repetimos más que el pan de ajo? ¿Qué dice todo esto de nosotras?
Después de analizar estas y otras cuestiones largo y tendido, hemos llegado a la conclusión de que estamos ante un caso claro de «no soy yo, eres tú». Vamos, que el problema no lo tenemos nosotras, sino los creativos bizarros.
Exonerada la culpa, podemos continuar con nuestras vidas y con el Viernes Bizarro. He aquí los dos anuncios de hoy.
El veneno daba menos trabajo
[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1434618304304″]Cuando el jabón ordinario simplemente no funcionará
Mata el 99% de las bacterias. Manos limpias todos los días[/blockquote]
La idea de los jabones Dettol nos parece una estrategia de marketing perfecta: ocupar un nicho de mercado que estaba libre. Porque vamos a ver, ¿conocéis acaso algún jabón de manos que se haya posicionado como el jabón de los asesinos sanguinarios? Nosotras no y creemos que los asesinos sanguinarios tienen tanto derecho como cualquiera a mantener una correcta higiene.
Desde Oh My Word! queremos animar a los responsables de Dettol a ahondar en esta idea lanzando una línea de productos de limpieza del hogar -también conocido como escena del crimen-. Porque tener las manos limpias está muy bien, pero está incluso mejor si no es entre rejas. Como idea para potenciar este lanzamiento sugerimos a los creativos de Dettol usar al Señor Lobo (de Pulp Fiction) como prescriptor. Brillante en todos los sentidos de la palabra.
«La mantequilla engrasa tus arterias y los radios de mi triciclo»
[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1434702393283″]Toma tu decisión.
Permanece vivo.
Baja tu colesterol. Ama tu cuerpo. Aloe Cholestop.
[/blockquote]
Y de una campaña con asesino anónimo (claramente para no despertar envidias entre su público objetivo, conformado por todos los asesinos del mundo), a otra protagonizada por grandes psicópatas cinematográficos. Por si utilizar a prescriptores de renombre no fuese suficiente, los creativos de la campaña de Aloe Cholestop Bioenergy Nutrition han adaptado el eslogan de cada una de las versiones para hacer pequeños guiños a la película en cuestión. ¡Bravo!
El primer anuncio que os mostramos está protagonizada por Billy Doll, de la saga de terror Saw. Tal y como sucede en la película, Billy nos invita a tomar una decisión: vivir o morir. Más concretamente, decidir si queremos tomar mantequilla y matarnos por tupimiento de venas o apostar por lo que sea que venden en Aloe para bajar el colesterol. Las tostadas del desayuno no habían generado tanta tensión desde los experimentos de Murphy.
A continuación os dejamos los otros dos anuncios de la campaña, con los asesinos de las sagas Scream y Viernes 13.
[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1434701548837″]Él no tienen corazón.
Tú solo tienes uno.
Cuídalo. [/blockquote]
[blockquote type=»type-2″ align=»align-left» sc_id=»sc1434701708615″]Colesterol malo.
A veces, horripilante[/blockquote]
Amantes del sadismo, es el momento de tomar una decisión: vivir o morir los AA (asesinos anónimos) o las grandes rock stars del crimen cinematográfico. Está en vuestras manos.
